Esta seguridad de carácter más físico, en contraposición a la seguridad online más centrada en el mundo virtual, presenta muchas vertientes
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En las empresas e instituciones la seguridad electrónica se basa en el uso de tecnologías de última generación, lo que incluye sistemas CCTV (circuitos cerrados de televisión), controles de acceso y presencia, sistemas de intrusión, control de activos y control de acceso gestionado, centros de control de alarmas, etc. En este terreno no hay que olvidar la protección contra incendios. Su finalidad es evitar las pérdidas y daños producidos por el fuego, impidiendo que éste se propague y ponga en peligro la vida de las personas y bienes. Aquí las TIC permiten la protección activa, la protección pasiva, la señalización y el alumbrado de emergencia o la megafonía de emergencia y evacuación.
La importancia de la videovigilancia es evidente. Millones de cámaras de televisión y vídeo están instaladas por todo el planeta en empresas, tiendas, calles, aeropuertos, parques, centros comerciales, instalaciones de alta seguridad, urbanizaciones, etc., como herramientas de ayuda a la seguridad y de reducción del número de delitos. La mayoría de las cámaras utilizadas son de alta definición y se conectan con las redes existentes vía protocolos IP. Incluyen muchas opciones para comparar objetos de forma automática por su tamaño, color o velocidad de movimiento, para programarlas a fin de que desencadenen acciones en función de las imágenes (movimiento, humo o fuego, personas caídas en el suelo, comportamientos anómalos, etc.), para coordinar varias cámaras y hacer un seguimiento de todos los movimientos de una persona dentro de un edificio o un área pública, etc.